lunes, 1 de abril de 2013

Saborearé un Té de Menta

Saborearé un te menta.
 
Mentha, la menta o también mastranto, es un género de hierbas comestibles apreciadas por su aroma refrescante, bastante utilizadas en el arte culinario, en la industria de productos bucales y en la industria alimentaria en general. El consumo de esta hierba o sus derivados produce una sensación de frío en la boca y las vías respiratorias. Su aroma es estimulante del apetito. Es un género que procede de Asia central y del Mediterráneo. Son plantas herbáceas perennes y aromáticas que alcanzan una altura máxima de 120 cm aproximadamente. Tienen unos rizomas subterráneos que hacen que a menudo se comporten como especies que invaden todo el espacio. Las hojas son de disposición opuesta, simples y de forma oblonga a lanceolada, a menudo, tienen el margen dentado. Las flores tienen dos labios y cuatro lóbulos con colores que van del blanco al púrpura.
 
 El fruto es una cápsula con hasta cuatro semillas. Pasado y futuro, ¿realmente me importan? Quizás debemos enfocarnos mas al presente, que es lo palpable y lo que realmente vivimos. En el budismo, pueden enseñarte varias técnicas para estar en el presente, incluyendo ejercicios de meditación y respiración, de manera similar en la India, los practicantes de Hatha Yoga, practican lo que es el Pranayama y ejercicios diversos en cuanto a la respiración, acompañados de ciertos mantras para aquietar (por decirlo de alguna manera) a la mente. Hubo en alguna ocasión que el reverendo Toan Sunim Maestro Zen, decía estas palabras “Solo aquí, solo esto, solo ahora” En mi opinión, de lo cual soy responsable de lo que pienso y lo que hablo, al igual de lo que escribo, creo que al ser occidental y no oriental, considero que nos cuesta mucho trabajo entender parte de estas filosofías, y por lo tanto, en ocasiones caemos en trampas o distracciones mentales, que si realmente estamos conectados y despiertos o un poco despabilados mentalmente, podemos observar, que no solo es quedarnos estáticos y sin hacer nada, es tan solo, disfrutar y observar el instante con nuestros sentidos. Al menos es lo que me ha sucedido en estas ultimas semanas, gracias a la terapia que decidí aceptar y tan solo es para mi, al igual que agradecer a Veronica Buitron y las enseñanzas del Dr. John Demartini.
 
 
Para continuar y después de esta amplia introducción. El jueves santo para ser precisos, y después de varios meses, pude reencontrarme en parte con un pasado, cabe recalcar, que el pasado existe y no lo puedes modificar como tal, si podemos bloquear algunos aspectos, olvidar otros, pero el pasado es tal cual histórico, y esto es lo mas importante, es histórico, me hace recordar aquella frase “Quien no aprende de su pasado, esta condenado a repetirlo” aunque de manera distinta, me encontré con una persona tan maravillosa, y se llama Griselda. Griselda formó parte de mi vida por casi 10 años, una relación que tuvimos especial, como muchos seres humanos tienen su relación, algunos dicen que fracasan, otros dicen que tienen éxito, ahora observo y tan solo sucedió nuestra relación y llegó a un término. Es aquí algo importante, que aprendiste, después de mucha introspección, lágrimas (¿porque no?) y sentimientos de soledad, Gris y yo, nos pudimos ver a los ojos y poder abrazarnos por unos segundos, sentir, esa es la tarea, sentir lo que sucede en el instante, y es ahí, cuando puedes descubrir lo que tienes realmente en tu mente o en tu corazón, que sientes en ese instante, prácticamente lo que sientes en ese instante de reencuentro, es lo que debes de enfocar tu atención.
 
Para ser sinceros, odiaba a Griselda, la detestaba, me preguntaba por que me enamore de ella, porque le hice caso, y recuerdas tus historias de como fue cuando la conociste, sus gustos, su música, como hablaba, como se movia, su cabello, el olor de su cuello, toda la lista de regalos que le hiciste, su forma de caminar y un laaaaaaaaaaaaaaargo etcétera, y es cuando sucede lo maravilloso, nos arrojamos al drama, y queremos cortarnos las venas, aunque preferimos dejarlas largas, jajajaja (chiste), creeme que si no hubiera vivido esto, y de alguna manera sufrido la separación, no me habría dado cuenta de que tan valiosos somos los dos. El encuentro con otra persona que tiene parte de un yo que es tuyo, es lo que debemos de aprender a reconocer y amar, sanar, querer, limpiar, transmutar o purificar. Cuando ya no esta con nosotros, o simplemente la separación fue necesaria, es importante porque, o cambiaste de frecuencia o evolucionaste. Y esto se puede de alguna manera comprobar, por ejemplo, en el budismo cuando practicas el dharma, ya no das marcha atrás, puedes bloquearte o sacar lo que tienes atorado en tu mente, o tan solo lo que tienes en tu mente en ese instante, pero nunca das marcha atrás, o citando otro ejemplo, Jesus el Nazareno, al aceptar su ser cristico, no dio marcha atrás, tan solo continuo y tuvo una evolución, ya no fue el nazareno ni el hijo de José, tan solo fue Jesus Cristo, porque acepto su cuerpo cristico, como Sidharta Gautama, acepto la iluminación, y muchos seres tan maravillosos mas. Son ejemplos digamos muy viajados, pero es un darme cuenta, que siempre estamos en constante evolución, siempre.
 
Ahora que posiblemente me reencontré con parte de mi pasado, puede haber dado un salto cuántico, de el cual, no se cual sea el resultado y tampoco lo que vaya a suceder, platique muy a gusto con Griselda, me tope con viejos habitos que tenía con ella, pero al final de nuestro encuentro sucedió un resultado no imaginado y tampoco esperado, los dos habíamos cambiado mucho y nos hemos transformado, y por lo tanto tenemos que continuar con nuestro viaje, hemos visto nuestra independencia y nuestra evolución, y es un trabajo arduo, asi que, el reencuentro es otra situación, y es parte de un momento, el cual sabemos que nos volveremos a separar, como nos hemos separado de nuestra genealogía, nuestros amigos espirituales, y tal vez de nuestra consciencia superior. La tarea que me hizo observar Verónica es dramáticamente dicha, muy cabrona y me duele, pero la tarea es sentir, sentir todo, no aferrarte a la emoción, es soltarla, pero si sentirla.
 
 Parte de una terapia, digamos significativa y por lo tanto representativa que me estoy dando, es, haber adquirido a mi hija Griselda, es una hermosa planta de menta, que vimos Gris y yo en un parquecito de la Colonia San Rafael, ya que hay vendedores de plantas de los viveros de Xochimilco, puedes encontrar variedad de plantas, cactáceas, arbustos y plantas exóticas. Al ver la planta de menta, llamada “Griselda” no pude dejar de verla y decir, “me la llevo”, ya que es un trabajo que quiero realizar con mucho cariño para mi, es decir, regar la plantita, hablarle y platicarle, ponerle música clásica, que es la que mas escucho, y observar como crece y posiblemente como da esos frutos tan valiosos, y es aquí donde viene lo mas importante, todos esos cuidados y atenciones, son los procesos que tengo que sentir, y vivirlos en el instante, históricamente puedo observar que sucedió, que di de mas y que di de menos, y es aprender demasiado, porque puedo observar mi autoreflejo de lo que realmente quiero, y aquí es donde inicia la hemosa historia de una planta de menta, que fue adquirida después de un reencuentro de el pasado, el cual puede tener frutos o secarse, y tan solo adquirir otra planta y empezar otra historia. Y por lo tanto, cuando pueda cosechar esas deliciosas y hermosas hojas de menta, podré saborear parte de esos frutos o de un delicioso té de menta, que no va dejar de ser refrescante, aromatizante, y eso si, muy delicioso.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario