El Desafío de Aristóteles
Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil.
En esta ocasión, quiero comentarles desde una perspectiva propia, el “Desafio de Aristóteles” digamos que es una clase de Ética a Nicomaco, y por lo tanto, pueden buscar este libro que muestra a Aristóteles comentado la ética a su hico Nicomaco, después podemos retomar la filosofía de aquella hermosa epoca…. Para iniciar con este tema, ¿Cuántos de nosotros nos enfurecemos o hacemos corajes al dia? De acuerdo a este desafio, considero que nadie se enfurece o hace corajes de una manera correcta. Suponiendo que alguna vez, uno de mis bisabuelos paternos hubiera dicho “Ay hijo, no hagas corajes a lo pendejo, no sea wey, mejor comete un taco” vamos a imaginar, que hace 3 generaciones, hacían coraje, llegaban con el mas viejo y por supuesto “Sabio” de la casa y le pedían consejo, no sin antes, revivir dicho momento de coraje y platicarlo nuevamente. Por lo tanto, el sabio de la casa, daba su punto de vista a la persona de el problema y posiblemente quedaba satisfecha con su humilde punto de vista. No puedo imaginarme a Nicomaco aprendiendo esa filosofía pura y de directa mano de el maestro Aristóteles. Veámoslo pues de esta manera. Cualquiera puede ponerse furioso… Considerando que cualquiera puede estar en esta emocion, tenemos que ver el motivo de nuestra furia, que a la larga provoca ansiedad, después una depresión y si continuamos con esa furia hasta problemas estomacales y si es uno muy aprensivo hasta un buen cáncer (desde un punto de vista ya extremo) tenemos que observarnos porque nos ponemos furiosos y saber el ¿por qué? Ya que el ponerse furioso considero es un hábito fácil de hacer, y adquirir, y como es gratis lo adquirimos con mayor facilidad. Retomando el tema de El Desafio de Aristoteles, y mostrando tal vez los 5 puntos finales para evitar la furia que nos explica Aristóteles y siento que son muy valiosos.
Cuando sientas la furia, observar la furia, sentir la furia, y antes de lastimar a alguien, recuerda ¿Es correcto estar furioso con esta persona y Por qué? Ejemplo, supongamos que estamos en un restaurante, el mesero apurado con servir sus ordenes, lleva la charola con los platos, a lo cual, empieza a servir los platillos, en este lapso de tiempo, un comensal que esta a un lado de la mesa y sentado en mala postura, le cuentan un chiste, se carcajea de una manera tan estrépitamente, que se levanta de su asiento y a nuestro mesero le mueve la charola y derrama dos platos con crema sobre uno de los comensales. Imaginemos la escena, pero suponiendo que tu eres la persona a la cual se le derramo la comida. Dejemos la escena en suspenso, creo que nos pondríamos furiosos con el mesero, en el mejor de los casos deberíamos ponernos furiosos con la persona que se levanto riendo a carcajadas y llamando la atención, pero podríamos ponernos furiosos tambien con la persona que acomodo de cierta manera las mesas en esa posición tan posiblemente apretada e incluso con el comensal que conto el chiste y causo el desbarajuste, pero, ¿en realidad quién tuvo la culpa “exactamente” para ponerme furioso? Considero que aquí va la primera parte de este desafio, estar fuiroso con la persona correcta. Algo que me llama demasiado la atención, es, ¿de que modo podemos saber la intensidad correcta para estar furioso? Siento que es algo muy difícil de definir y hasta cierto punto estandarizarlo. Por ejemplo, si nos llegan a dar mal una cantidad errónea de dinero al pagar un servicio, podemos hacer un coraje, si nos llegan a robar por ejemplo un bien nuestro, podemos hacer el coraje de nuestra vida, o simplemente si nos llega a manchar nuestra ropa simplemente nos enojamos por unos instantes. Considero que la duración de la emoción de furia que sientas, depende de acuerdo a lo sucedido. Entonces, también debemos tomar en cuenta la intensidad de nuestra furia, la cual, si la establecemos a nuestras escalas personales, evitaríamos una gran furia, como también seria absurdo una furia insignificante. Y aquí puedo observar la intensidad correcta.
Algo aun mas complicado, es buscar el momento correcto y el motivo correcto para estar realmente furioso con la persona correcta, me resulta complicado, si en ocasiones y a estas alturas, ya sabes porque estar furioso y con la intensidad correcta, sabras entonces que es el momento correcto y hacerle saber a esta persona ¿Cuál es el motivo correcto? En este momento puedo pensar, y analizando, que si es complicado hacer los dos primeros pasos, si es que podemos denominarlo asi, a lo que propone Aristóteles, opino que estas dos situaciones van casi de la mano, aunque, imaginar que demostrar tu furia en el momento correcto, debe ser preciso para demostrar el motivo correcto. Aun asi, como son unos instantes, para dar a rienda suelta la furia, debido a que el momento correcto debe de ser en el mismo acto que te hace desatar dicha acción. Ese momento, consiste para dar una correcta furia, y puedes dar el motivo, cuando estas seguro que puedes hacerlo, aquí ya no es valido el, “ahorita hablamos” con la famosa mirada de regañadientes y apretando la mandibula como si lo fueras a masticar vivo a la persona que vas a darle muestra de la furia.
Es algo que considero complicado, pero realmente puede suceder, si se toman estas 4 formas correctas, entonces podemos apreciar el ultimo paso o situación.
La forma correcta para estar furioso. Se podría resumir en que se mantienen en línea los pasos anteriores, a estas alturas, considero, que si un individuo llega a el ultimo paso, ya que en conjunto realizo los pasos anteriores, habrá cumplido satisfactoriamente el objetivo de estar furioso.
Ahora, si vemos la perspectiva de estar furioso de la manera correcta y perfecta, considero, que es una enseñanza practica y sabia, porque le estas agregando una emoción casi absoluta a lo cual, si es difícil y complicado el Estar furioso de la manera correcta, entonces tendrías que aprovechar para mostrar en este estado, una sabia lección, aun asi, el estar furioso y paradójicamente hablando, es una acción torpe, por lo tanto, quien controla sus emociones, controla el mundo, y podemos hacernos la pregunta ¿Para qué estar furioso?
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